Propósito

cinembargo es un blog para los que queremos aprender del cine desde el ver, el hablar, el escribir y el compartir ideas.

12.06.2007

Como para romper con el silecio.

Un saludo muy especial a todos. Vi esta película que me gustó mucho y quería compartir con ustedes la cítica de Oswaldo, hay cosas que me gustan en lo que dice de la peli. Un saludo muy especial a todos y espero que en vacaciones tengamos tiempo de escribir por estos lares otra vez.



Madeinusa, de Claudia Llosa
Dios está muerto, nada es pecado
Por Oswaldo Osorio

El nombre de esta película es el nombre de una muchacha, su protagonista, quien vive en un pueblito perdido en los Andes, atrasado, ignorante y supersticioso, como tantos hay en Latinoamérica, poblados de gente con nombres como Madeinusa, Usnavy, Usmail o Gualdisney. La misma lógica que tienen estos nombres funciona para esa comunidad, esto es, una visión del mundo pobre y errática, donde los valores son regidos por principios que han sido sacados y acomodados con mala ortografía de alguna parte, en este caso de la tradición cristiana y los dogmas católicos.
Ver una película peruana en nuestra cartelera es un exotismo. Una lamentable situación que parece insoluble y que absurdamente nos condena a desconocer el cine más cercano a nosotros, el latinoamericano. Y esta película, precisamente, nos transporta a un universo muy familiar en muchos sentidos, aunque allí imperan unas reglas insólitas, en especial en la Semana Santa, cuando durante esos días de la muerte de Cristo, está permitido hacer cualquier cosa, porque Dios no puede ver. Sobre esta tesis la película da cuenta de una comunidad y los cuestionamientos que siempre han estado presentes en relación con la (doble) moral católica.
Y es que esta forma en que asumen la religión las personas de este pueblo es llevada casi al nivel de superchería. Confirmando la tradición histórica de cometer atropellos en nombre de una mala lectura de los dogmas. Además, toda esta situación está cruzada por el principio universal de concebir las fiestas como una necesidad de desfogue, una catarsis de liberación que les permite sobrellevar el resto del año que están bajo las normas ordinarias.
Madeinusa está en medio de esta superchería católica, de esa fe ciega que desfigura las creencias. Por eso su ignorancia se nos presenta como una suerte de ingenuidad, por lo cual es difícil no sentir por ella cierta simpatía, que también se mezcla con la lástima. Su pureza en realidad es pobreza de espíritu. Pero tampoco es una muchacha como todas las de su comunidad, pues hay algo en ella que la hace reaccionar cuando llega el elemento desestabilizador a esta historia.
Porque todo relato que, como éste, plantea un universo singular, siempre apela al recurso de introducir en ese sistema cerrado un elemento externo, el cual provocará distintas reacciones y de esa forma se podrá decir mucho más sobre dicho universo y sus habitantes. Es así como a este pueblito llega un geólogo de la capital, que no podía tener otro nombre sino el de Salvador. A través de él vemos ese extraño mundo y por intermedio de él tal vez sea posible salvar a Madeinusa de que su padre, el alcalde, en esos días sin ley termine con la virginidad de quien fue elegida como la reina virgen del pueblo.
No se trata de una película donde domine un intrincado argumento o unas interpretaciones o personajes de gran fuerza, ni siquiera se afana en hacer reflexiones demasiado profundas sobre su tema, ni siquiera pretende juzgar nada. Estamos más bien ante una película discreta, en el mejor sentido de la palabra, un filme que pone su énfasis en una puesta en escena capaz de transportarnos a ese microuniverso andino de ilógicas leyes, un filme consigue construir unas atmósferas a fuerza de contención y de sugerirnos cómo funciona la mentalidad de estas personas.
Además, es una película con una mirada atenta a esa realidad que construye y que está complementada por una suerte de cuidado y delicadeza visual. También es un filme que tiene un registro fotográfico que no le teme al esteticismo, pero sin descuidar su principal interés, que es la creación de un ambiente. El caso es que se trata de una obra inteligente y sugestiva, con un tema que parece un poco bizarro, pero que en últimas está hablando de asuntos que están muy arraigados en la mentalidad y la cultura latinoamericana.
Publicado el 22 de Noviembre de 2007 en el periódico El Mundo de Medellín.

11.09.2007

Arqueología de un perfume

Notas a Profundo Carmesí, de Arturo Ripstein


Me encontré con Profundo Carmesí alguna tarde desprevenida en el Colombo. Yo estaba en los últimos semestres de universidad y esta sala me quedaba a medio camino entre mis clases y el regreso a casa. Ocurrió así con muchas buenas películas que, sumadas, me fueron dando la indicación de que el cine tenía grandes momentos para mí. Por eso cuando, después de un intento fallido de construir una carrera exitosa como ejecutivo, volví por el hermoso sendero de las películas que me habían conmovido, apareció justamente ésta.

El ejercicio de re-visitar películas es tan delicioso como peligroso. Por lo general, lo que uno recuerda de un película que ha visto una vez es una frase, un tema musical, algún plano, momentos breves de una historia, alguna actuación o, en fin, algún detalle particular; casi podríamos decir una sensación, similar a la que surge en nuestra memoria ante una sugerente fragancia femenina. Sí: luego de la primera vez ante una película, a uno le queda una perfume, una esencia: dulce o agria, fuerte o débil, cálida o fría; pero no es la racionalidad la que exige volver a encontrársela: es el cuerpo. Porque lo que se desea no es, tantas veces, encontrarse una película, sino precisamente re-encontrarse a sí mismo: saber de sí –saberse- a través de la experiencia de recordar algo de lo pasado.

Reconocemos que uno no se baña dos veces en el mismo río; así mismo, no se lee dos veces el mismo libro, ni se ve dos veces el mismo filme: cuando uno vuelve a recorrer las imágenes y los sonidos de la película, es decir, las texturas de la fragancia, está ante una posibilidad tan dulce como oscura, porque bien se puede superar la primera experiencia, o encontrarse con una de las tantas veces en las que se debe admitir la superioridad de los recuerdos ante las realidades.

La segunda vez ante Profundo Carmesí palpé un matiz nuevo en la fragancia: como si las gotas de un perfume ordinario me fueran llegando a la piel y al olfato. Y ese olor dulzón me sugiere ahora que el melodrama es una clave fundamental para entender la manera como se configura, al menos en mí, el recuerdo de este perfume tan profundo y tan carmesí. Intento pues, la arqueología de un recuerdo, de su actualización en mí y mi actualización en él.


1.
La coscoja, chaparro o carrasquilla (Quercus coccifera) es un arbusto, de hojas eternamente verdes, sencillas, donde el pequeño Kermes vermilio deja sus cuerpos secos, de los cuales se obtiene el tinte carmesí, un color rojo profundo, fuerte -mezclado con algo de azul, de apariencia ligeramente púrpura, altamente comercializado en los países mediterráneos algunos siglos atrás. Mas, siendo como es un color, el carmesí también da lugar a sensaciones variadas: la saturación, la seducción, lo fatal. Diría, en otras palabras, que el carmesí, sobre todo después de los registros de Ripsteín, es el color del melodrama.

Según Rousseau (el primero en definirlo), el melodrama es "un tipo de drama donde las palabras y la música, en vez de caminar juntas, se presentan sucesivamente, y donde la frase hablada es de cierta manera anunciada y preparada por la frase musical". En este primer sentido, el melodrama está pues amarrado a la condición musical de la puesta en escena. Sin embargo, dado que hoy concebimos en más dimensiones –dramatúrgicas y escénicas- lo melodramático, lo propongo aquí como una forma narrativa con cinco características básicas:

En primer lugar, la actitud sobreactuada. En lo actoral, el melodrama suele caracterizar los roles de una historia con la caricatura estereotipada,. Así, las divas son divas todo el tiempo, los malos son malos siempre, y los buenos son buenos en todos los momentos, sin la menor justificación de porqué hacen lo que hacen y son lo que son; aparecen en pantalla como recitadores de textos que no parecen tener sentido sobre aquello que dicen. Más enfáticamente: actúan como galanes, divas, malos, pícaros, o lo que sea, todo el tiempo; su vid no tiene matices. Y esta caricatura la exageran con marcas gestuales enfáticas que no desaparecen en ningún momento de la vida del personaje. En segundo, el maniqueísmo, reflejado en la construcción de los personajes, quienes no sólo están obligados a ser o buenos o malos, sin alternativas, justificaciones o matices, sino que de esa misma esquemática manera ven su mundo, por lo cual lo que juzgan de él es tremendamente reducido y prejuicioso, acorde a los paradigmas de una clase, una religión, un discurso político e ideológico, o una cultura en los cuales se encuentran atrapados.

En tercer lugar tenemos la idealización del matrimonio. En las telenovelas parece que todo terminara con el matrimonio; pareciera que todos los problemas terminaran con la unión de la pareja. Juguemos a la caricatura en las imágenes del final de una novela tipo Corín Tellado: Luego de mil problemas, la pareja estelar puede casarse; la novela termina con un zoom in al rostro de ambos mientras logran un beso que simboliza el amor, la unión y la felicidad. Están en la habitación de un hotel, o en su hogar de recién casados; la velocidad de los planos aumenta, cada nueva imagen entra por fundido: los vemos en siluetas, picados, planos cerrados, mientras consuman su amor; la cama es dorada con sábanas de seda. De repente la pantalla se ve invadida por un fade a blanco, y una letra script anuncia en color oro: “Fin”. Si el matrimonio se reserva para el último capítulo, es precisamente porque en el melodrama tradicional, o la forma que de él hemos construido, hay la urgencia de una moraleja, una lección moral importante por enseñar: hay que casarse, ser una familia feliz, y tener hijos… El sabor doctrinal de esta característica es innegable.


Cuarto, el gran secreto. Por lo general, en los melodramas (¡casi digo telenovelas!) hay un gran secreto que, de descubrirse, podría llevar a pique las expectativas de alguno de los protagonistas. El secreto es un elemento narrativo con altas tasas de rendimiento dramatúrgico: permite involucrar al espectador invitándolo a la defensa del umbral de protección de los enemigos del protagonista. Por el contrario, cuando es el antagonista el portador del secreto, la energía del espectador se dirige a soñar con el momento en que el héroe logre develar las claves del misterio, ése que lo tiene retado desde los inicios del drama.

El conjunto de estas características pareciera redundar en la construcción de un rasgo definitivo: el esfuerzo denodado por insistir en los finales (quinta característica). La amenaza continua en el melodrama es que tal o cual cosa puede ser el fin de todo. Y en esto el melodrama alimenta buena parte de la dramaturgia en el cine y la televisión: todo debe llegar a un punto concreto, cerrado, determinado, en el que sea posible identificar plenamente los flujos de causas y efectos y las transacciones establecidas entre ellos.


2.
Mas si el carmesí es el color del melodrama, hay que decir que, Profundo Carmesí, la película, es de un carmesí intenso: los elementos melodramáticos, uno a uno, están presentes. Para empezar, las actuaciones, particularmente las femeninas, están llenas de estereotipos en vestuario y gestos: Coral es una típica mujer gorda, solterona, que guarda ilusión de romance con príncipes azules; se siente la princesa encerrada en el castillo a la espera. Por eso aguarda el gran romance, manera figurada del matrimonio feliz con que terminan las vidas en las historias. Por la pantalla también desfilan la viuda católica, la mujer pobre-hermosa casada con un hombre adinerado que sólo la usa para ser admitido en los círculos sociales… También hay secretos, sobre todo el de Nicolás, quien en su correspondencia se hace pasar por un Caballero Español, artimaña para llegar a la vida de mujeres solitarias y aprovecharse de ellas.

Incluso visualmente, encontramos también claves de los melodramas: la iluminación, los colores ocre, las gamas de café, la presencia del rojo carmesí en objetos y vestuario, los accesorios aterciopelados en collares y plumas (tan usados en el cine de antes de los cincuenta como metáfora de la exhuberancia del cuerpo femenino). Y también mucho humo; porque los personajes son tinieblas.

Pero, a pesar de todo este andamiaje aterciopelado carmesí, la película de Ripstein no es un melodrama de la manera tradicional. Diría que el carmesí del director mejicano es aquí un Profundo Carmesí, donde las dimensiones humanas, los conflictos entre el deseo y la realidad son las coordenadas que propician una visión profunda, elaborada, calada, sesuda de los personajes. Coral y Nico se encuentran y comparten una vida; no son víctimas del destino; no se trata del niño abandonado ni de la mujer pobre que se enamora del hombre rico: se trata de dos seres humanos, ni buenos ni malos, sumidos en la contradicción, pero que ante ella han tenido la libertad de elegir, de diseñar juntos un destino. Él, experto en seducir a mujeres solas, nunca ha sido fruto del amor de nadie; y esto es lo que encuentra en Coral: una mujer dispuesta a elaborar de su propio cabello un bisoñé para él. Del otro lado, Coral ha encontrado a alguien que se sumerge con ella en un proyecto, y en su realización, encuentra el reconocimiento; se ha enterado de que vale para alguien.

Podríamos cuestionar las maneras como el amor va alcanzando la obsesión, y cómo las personas que van surgiendo alrededor de ellos pierden el dinero, las pertenencias o la misma vida. Esta historia, basada en un hecho real, nos pone ante unas dimensiones de lo humano que franquean los límites, que hacen preguntas a la racionalidad tradicional, a los esquemas sociales y a las formas diplomáticas que nos hemos inventado para entendernos. Pero, sobre todo, nos recuerda que el amor es irracional. De ahí las palabras contundentes del director: "Me importa el lado oscuro del corazón de los hombres y la conciencia negra". Sí: encontramos en Ripstein un autor capaz de darnos cuenta de lo humano en una de sus facetas esperpénticas, miradas con el cuidado suficiente de no pasarle cuenta de cobro a sus protagonistas por las estrategias con las que rompen el vínculo social.

Revisitado, este perfume Profundo y Carmesí me ha recordado que el cine es una excelente manera de pensar en nosotros, en lo humano, mientras lo humano se sucede y se ve en la pantalla. Y en nuestra mente. Y en nuestro olfato.


Fuentes de referencia

Ernesto Saucedo, Entre la cámara y la tinta. 2007.
Jesús Martín-Barbero. Pretextos. Conversaciones sobre la comunicación y sus contextos. 1995.
Umberto Eco, Apocalípticos e Integrados. 1964.
Wikipedia.org


Ficha técnica

Profundo carmesí (México-España-Francia, 1996):Dirección: Arturo Ripstein, Asistentes de Dirección: Iván Ávila y Edmundo Díaz, Producción: Pablo Barbachano y Miguel Necoechea [México]; José María Morales [España]; Marin Karmitz [Francia]; productora ejecutiva: Tita Lombardo; administrador de la producción: Puy Oria. Guión: Paz Alicia Garciadiego, Fotografía: Guillermo Granillo, Diseño de Producción: Mónica Chirinos, Marisa Pecanins, Macarena Folache y Patricia Nava; decorados: Antonio Muño-Hierro, Vestuario: Mónica Neumaier, Edición: Rafael Castanedo, Sonido: Antonio Betancourt, Gabriel Romo, Carlos Faruelo y Eduardo Valverde ,Música: David Mansfield ,Reparto: Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco, Marisa Paredes,Verónica Merchant, Julieta Egurrola, Patricia Reyes Spíndola, Rosa Furman.




Carlos Andrés Arango
Noviembre de 2007

11.05.2007

Fragmentos

Creo que las películas, al igual que los libros, están llenas de frases o fragmentos de diálogos que al uno leerlos se quedan instalados en el cerebro merodeando allí por un buen tiempo. Sólo pretendo compartirlos con la intención de que provoquen y cuestionen y propongo que quienes acuden a este espacio también hagan públicas sus frases o imágenes preferidas en el cine o la literatura.

“La ropa hace al hombre y… mientras menos haya de un hombre más necesidad hay de ropa”

Spider, de David Cronenberg.

“No puedo recordar que tengo que olvidarte”

Memento, de Christopher Nolland.

“Y cada latido separa al hombre de la eternidad”

Viaje fantástico, de Richard Fleisher.

“¿Qué tienen todas estas mujeres? ¿Qué tienen que es diferente de las que conozco? Bueno, la diferencia es…que aún no las conozco”

El hombre que amaba a las mujeres, de Francois Truffaut.

“Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo, precisamente, por su perfecta imperfección”

El séptimo sello, de Ingmar Bergman.

“Lo que quiero decir es que nadie te preguntó si querías ser traído al mundo, simplemente apareciste… la cuestión es: ahora que estas aquí, quién te pide que te quedes”

Exótica, de Atom Egoyan.

- Luz y sombras: los dos secretos del cine. ¿Lo sabía?

- No voy mucho al cine, la verdad.

- Lo puede estudiar en mí. ¿Cree que soy una mujer hermosa?

- Sí, muy hermosa…creo que es usted una mujer muy hermosa.

- Una mujer con luz y sombras.”

Veronika Voss, de Fassbinder.

10.26.2007

Razones no faltan

Eh… Sí; ¿buenas? ¡Ah!, sabe qué, es que mi marido, Aletsánder, Dani Aletsánder, me pidió que vinera por aquí a dales una razón. Es una vuelta toda rara, pero yo repito lo que él me dijo y ahí ustedes van entendiendo. Cuando yo salgo de clases de la Academia (yo estudio Corte y Cepillado en Sandra; iba a estudiar en Mariela pero allá me salía más caro...), así como por la tarde, me vengo pal negocio, le recibo a Aletsánder (yo le digo así porque todos le dicen Dani)... le recibo a él para que se vaya para la noturna... a esa hora es que vienen las niñitas a chatiar con los novios que están en la Usa y en España. Pero ésa es otra vuelta. Lo que sí les tenía que decir era que, ayer cuando le recibí a Ales, él me dijo que un conocido de él estaba con un grupo de cine y que le había pedido a él el favor que les dijera algo; y como mi marido no podía porque ya tenía clase me pidió que yo hiciera la vuelta. Tonces vine a dales las razones.

Sí... ésa es la idea. Es que Ales es así... como todo enredado. Cuando nos cuadramos me iba a dar una flor y a dedicar una canción... pero a última hora le quemaron mal el cómpat y la flor se le quedó en la casa. Entonces, así acapela, me cantó una balada americana... ésa quizque Eclise total del amor. Yo estaba muy tragada. Me encantaban las chocolatinas yumbo y él siempre me llevaba una, me regalaba credenciales, esquelas, y me decía que si yo me enamoraba de él, él iba a cambiar… que dejaba la banda de los manes del Cristo, y se dedicaba a trabajar juicioso. Yo me engordé mucho (pues, por las chocolatinas); me salió mera barriga y un montón de barros. Y aun así Ales me llamaba y me dedicaba canciones en las emisoras. Por eso le creí. (Pues, por las canciones). Y me organicé con él. Aletsánder no le caía muy bien a mi papá, pero con el tiempo lo fue acetando. Tonces como ahora está estudiando en la noturna, yo recibo el negocio como por la tardecita. Es un café interné aquí en el parque de Villarmosa. Aquí vendemos minutos de celular, sacamos fotocopias, y vendemos perrito con gaseosa a milquinientos. Y vendo credenciales y esquelas que cuando los pelaos compran me acuerdan a cuando Ales y yo éramos novios; pues, todavía somos porque no nos hemos casado; no ve que él era tan malosito que el padre de por la casa no lo quiso recibir pa la primera comunión.

Bueno, el caso es que ayer cuando le recibí, me dijo que Carlosarango, un conocido de la infancia, estaba sin interné en la casa, y que necesitaba mandales una razón a ustedes.

Que vea: que dizque el otro lunes van a ver… ¿qué? Creo que “Rojo”, o algo así, yo no sé; y que de ahí en adelante cada uno va a poner la película que más le trame, y que la va a esplicar a los demás, según su propia opinión (así como en el colegio eran los talleres, que uno leía y luego decía lo que había entendido). Entoes que este lunes que viene arreglan qué películas van a ver; es como para que cada cual proponga, ¿símentiende? O sea: van a cuadrar. Y que también van a hablar de cómo va a ser la vuelta con los dos festivos que vienen, sí o qué.

Ah… y que la vez pasada vieron La cambiadora de páginas, una película francesa ahí; que ese día cayeron el Carlos (que entraba y salía cada rato porque ya se la había pillado), Jaime (el mancito cayadito de gafitas), Erika (la chica del Poli), Jovany (el mancito que tiene el local de películas en Girardota), y un parcero de él. Sí: eso era lo que les tenía que decir.


Mayerly.
(Si alguna cosa, me escriben al correo eletrónico: mayerlylabuena@hotmail.com), o me anesan al mésinyer pa chatiar).



10.23.2007

Flash informativo

Ahí como para no cansar con muchas cosas a la vez, empecemos con un saludo... y digamos que en Cinembargo (sí, "Todavía cantamos, todavía seguimos") dijimos que el próximo lunes vamos a ver Rojo, a pesar de Néstor; que nos veremos a las tres y media. Y que de ahí en adelante, luego de discutir sobre esos dos puentes festivos de noviembre, vamos a iniciar ese ciclo en el que cada uno nos pone una película (ojalá corta para que nos podamos ver a las cuatro de la tarde), y nos presenta algo a partir de ella. También se valen cortos y medios-metrajes. El primero me toca a mí, y estoy pensando en que veamos Old Boy; pero también podría ser Jaime, Erika o Jovany; ofertas no faltan. Pero lo interesante es que pudiéramos estar la mayoría este lunes para discutir entre todos y decidir por mayorías.

El lunes pasado vimos La cambiadora de páginas.

9.28.2007

Crónica Azul: Relato lineal para conjurar culpas

Y responder a la pregunta ¿Por qué me dormí este lunes en Azul?

Me dormí este lunes en Azul por varias razones. Una de ellas, porque después de muchos intentos sólo hasta el pasado lunes pudimos proyectarla. Los otros habían sido, todos, intentos fallidos. Mas, cuando por fin la estábamos viendo, a menos de 25 minutos de la película sentí como si alguien me hubiera golpeado con un bate; algo así como tenían que hacer Los Magníficos cuando necesitaban montar a Mario Baracus a algún avión. Guardando las distancias entre el ejemplo y lo que pasó conmigo, debo admitir que caí en un sueño oscuro, al cual fueron llegando lentamente las notas de la música Azul. Como no he visto la película, hasta ahora puedo afirmar vehementemente que los primeros acordes son propicios para acompañar el sueño.

Pero, ¿por qué no habíamos podido ver Azul antes? Recapitulemos: La primera vez que no la vimos fue cuando se decidió reemplazarla por 2047, para darle continuidad a la historia ya comenzada con Deseando amar. A la semana siguiente, Hernando no pudo ir, por lo cual –a última hora- decidimos ver El Mundo de Sofía; cambio tan precipitado que no ameritó siquiera comentarios post-cinembargos. Para la sesión siguiente le pedimos a Néstor (Steep) que nos prestara su copia de Azul, y él con mucho gusto trajo Blanco; llamamos a Sebastián para que nos prestara su copia, pero cuando la reproducimos en el DVD de la biblioteca se veía en Blanco y negro… Decidimos democráticamente, Goez, Erika y yo (los únicos asistentes de esa tarde) que Azul merecía mejor suerte; entonces vimos Farinelli, la película de il castrato. Hablamos poco de esa película.

Para asegurarnos de que a la siguiente sesión sí veríamos Azul, pedimos nuevamente la copia de Sebastián y le solicitamos a Néstor que trajera la trilogía completa; además, buscamos una sala con un reproductor más versátil que el de la biblioteca. Y funcionó. Pero me dormí. Entonces quedé con un remordimiento tal, que me di a la tarea de escribir crónicamente.

9.10.2007

19 deseos para un cine activista.

Alberto Fuguet es un escritor chileno que combina el oficio de crítico, cinéfilo, cinépata, lector, escritor, cronista y ex-periodista (como él mismo se define en su blog). Les aseguro que leerlo es una fuente interesante de conocimiento y placer. “Tinta Roja”, por ejemplo, es una novela acerca del periodismo amarillista que se sumerge profundamente en éste estilo periodístico, tan apetecido por estos lados, y del cual el cineasta peruano Francisco Lombardi hizo una versión para cine con muy buenos resultados. Espero con ansias leer su último libro de cuentos de cine titulado debidamente “Cortos”. En su blog (http://laspeliculasdemivida.blogspot.com) menciona a un autor de cine experimental, que no conocía, llamado Jem Cohen y publica una lista de deseos que el cineasta elaboró. Me parece que es ideal para el cine que, al menos yo como espectador, deseo ver aunque sin ser tan radical en algunos asuntos. Ojala les guste y opinen al respecto.

19 deseos para un cine activista
Jem Cohen

1. Que me cuente algo que no sepa y pregunte tanto como responda.
2. Que sostenga un espejo frente al mundo roto.
3. Que tome una nueva forma, de alguna manera distinta de la de películas anteriores, especialmente aquellas dentro de su propio género.
4. Que no deshumanice o utilice golpes bajos.
5. Que sea como un shock, incluso bajo una forma incómoda o alegre.
6. Que no se vea como un video musical, o huela como una publicidad.
7. Que sea, de alguna manera, misterioso, ambiguo, extraño.
8. Que sea, de alguna manera, divertido.
9. Que me inspire furia.
10. Que me inspire hacia la paz.
11. Que no se guíe por los mandamientos de Hollywood (cine como negocio, películas como productos, adoración de celebridades y espectáculo, vida en tres actos predecibles).
12. Que sea más que propaganda.
13. Que evite el sentimentalismo.
14. Que le hable con verdades al poder.
15. Que les hable con verdades a los sin poder.
16. Que busque en las sobras de la historia.
17. Que me haga querer ponerme a trabajar.
18. Que luche por la honestidad.
19. Que me vuele la cabeza

9.06.2007

Un pequeño cuento

Sin Derecho

Él está ahí, mirando desde el suelo el hermoso árbol. Sin decir nada baja su cabeza lentamente, como si la firmeza de ese movimiento tratara de contar lo que había ocurrido, cierra los ojos y trata de entenderlo. Su mente está nublada y no lo deja pensar claramente. La imagen de ella está atrapada en su cabeza, y esa imagen delata, una vez más, su hermoso cuerpo de largas piernas, tan largas como el palo del hermoso árbol que observaba hace un instante. Su razón no entiende por qué en ese lugar, en ese cuarto y en esa cama se desvaneció su corazón; no comprende sus celos y quiere impedir que esas manos puedan tocarla un centímetro más. Pero al darle paso a la conciencia, se da cuenta que un amante no tiene derecho a celar.

ERIKA

9.02.2007

Desear

Conocemos las películas desde sus únicas dos dimensiones: la narrativa y el argumento. Algunos no perdonan una falla en la primera, otros en cambio, no perdonamos incoherencias en el segundo. Cuando hablo de incoherencias en el argumento o historia de una película, me refiero a la carencia de lo que conocemos como verosimilitud, ese elemento que hace, además, que podamos diferenciar una historia de la simple unión de imágenes o escenas que no tiene que ver una con la otra (cabe recordar que la verosimilitud puede darse desde muchas dimensiones y que no necesariamente debe partir del mundo “real”).

La historia o argumento es, en cierta medida, lo que hace que una película se conciba como tal; la historia es, incluso, lo primero y único que se necesita para pensar en hacer una película. Hay historias simples, problemáticas, herméticas, complejas, tediosas, profundas, y hasta bonitas. Y aunque a veces las historias sean complejas y difíciles de ver y uno no pueda determinar con facilidad qué fue lo que pasó en esa pantalla que estuvo observando durante dos horas, hay algo claro, y es que siempre seremos “victimas” de una persona que nos muestra lo que quiere que veamos, y esa persona –llamémoslo director- no decide de manera arbitraria la unión de esas imágenes, y si lo hace, es con un sentido. Pienso que la incoherencia es, precisamente, cuando uno no le encuentra ese sentido a las historias.

Puede sonar contradictorio, pero un ejemplo de “incoherencia con sentido” es la película “El espejo” del director Andréi Tarkovski, donde la intención –o por lo menos mi interpretación de esa intención- fue unir fragmentos independientes, aunque yo diría que no son tan independientes, y armar una historia que se vale de la metáfora para decir cosas a las cuales algunos les encontramos sentido; otro de lo tantos ejemplos es “Nueve orgasmos” (o nueve canciones) de Michael Winterbottom, en la que uno podría pensar que cada escena puede verse de una forma independiente, que puede cambiarse el orden que el director propone, y hasta puede no encontrar mucha relación de ciertos momentos con otros, pero se puede descifrar que hay un intento de historia cuando se analiza lo que el narrador nos cuenta, y podemos entender –en mi caso por supuesto- que lo importante fue mostrar los vericuetos y las transformaciones del placer sexual en una relación de pareja. No soy muy amiga de historias como “El espejo” y “Nueve orgasmos” pero no dejan de llamar siempre mi atención.

La intención de este escrito era hablar desde el inicio de la película “Deseando amar” de Won Kar-Wai y su narrativa, pero empecé hablando de las historias –tal vez sea porque esta película me da otra razón para seguir considerando el amor como principal tema en la vida de los seres humanos- y una vez ya tomado este rumbo me pareció interesante intentar decir algo acerca de la historia de esta película.

Si bien lo que mantiene la atención del espectador en “Deseando amar” es la destreza en el manejo de los espacios, la composición y, por supuesto, la iluminación, no hay que olvidar la transformación de los dos personajes principales durante toda la película, transformación en cuanto al gusto por el otro, ese sentimiento de amor en el que terminan envueltos, y ese paso del tiempo que aumenta las ansias de verse; además, las motivaciones de los personajes que vemos al inicio de la película no son las mismas de los que vemos al final, y ese es otro de los aspectos que hace, en cierta medida, que se pueda percibir una buena historia.

“Deseando amar” es una película que puede abordarse desde infinidad de elementos narrativos –análisis que talvez compartamos en otra ocasión-, y es esta característica lo que hace que una historia simple y que además ha estado representada tantas veces en el cine, se convierta en un deleite para el espectador; son los elementos narrativos los que, en este caso, le dan a una historia trivial el toque de originalidad que necesita, y que además logra. La música y la cámara lenta utilizados de una forma tan magistral fueron dos de los elementos responsables de mi deleite, y, además, me hicieron desear que esos dos personajes hubieran podido amarse de verdad.


ERIKA

8.31.2007

Crónicas de Ñarria/Ejercicio de identidades posibles

(me pregunté qué pasaría si no hubiéramos creado a Cinembargo; MasCinembargo terminé pensando qué hubiera pasado si yo no fuera yo. Entonces me inventé a otro yo; un yo posible, caleidoscópico; fractal)

Hey, toes qué. Bienonó. Es que pille: ¿sabe qué?, yo vine a saludalos porque un mancito ahí, un tal Carlosarango, me pidió que pasara por esta página a ver qué tal me parecía. Porque él me conoce de hace tiempo; ¡sisas!, él vivía por allá por la casa, por Campo, Campo Valdés, y el mancito siempre había sido muy serio y tales, y por eso nunca se parchaba con nosotros. Pero como estudiamos juntos en la Repúblicadelsalvador, en la escuela de por la casa, el man me distingue, y nos saludamos, “Ah, que qué más home; ah que todo bien; ah sisas, saludes a la cucha; ah, suerte pues; ah, suerte”. Y así.

Entonces yo iba por el Parque de Berrío a hacele una vuelta a mi mamá, pa sacale una plata y me encontré con el hombre. Pues, cómo le digo; yo iba a sacale una plata que necesitaba la cucha pa pagale una cuenta a Milton, el hermano mío, que está más enculebrao quiun verraco, y lo llamó la mamá de una de las pinticas del adecile que si no le pasaba billete lo iba ademandar que quizque por alimentos. Y como el man está sin camello, porque a él no le gusta camellar, le figuró a la cucha buscar el dinero, el vil metal que llaman, pa desembalar al parcero. Es que a él no le sonó camellar; pero tampoco fue maloso nunca. Nada: Milton nunca hizo cruces; pero tampoco estudiaba ni trabajaba. Eso sí, no le hable de fútbol que ahí sí está el hombre armando picaítos, quel desafío con los de la otra cuadra, que caigamos a la cancha de La Esmeralda, o a la del Calvario, que no se qué, que esuche al casposo de Wbeimar todos los días a la hora del almuerzo. Y la cucha, que ve home que trabajés, que serví pa algo. Y el man nada, jugando futbol, metiendo bareta, perdiendo años, y pichando con las grillas. Porque eso sí, el man era puros ojitos y piernas, y las niñas eran detrás del a toda hora. Hasta que, zas, va una, van dos, van tres viejas diferentes en embarazo. Pero la más picaíta de todas sí fue la Glendy Danubi; esa niña era muy brava, y ésa fue la que casi lo avienta a la Fiscalía.

Y por eso mi mamá tuvo que sacar unos ahorritos del arrendamiento de la casa de Castilla, pa pagar pa que no metieran al Milton a la cárcel. La cucha dijo que si lo encanaban, se lo dañaban. Yo tiré mucha caja con eso… un man que no camella, que no estudia, que no hace nada, porque ya ni fútbol juega, qué lo van a dañar. Si hasta le da pereza tener plata al güevón ése. Qué vueltas torcidas va a hacer si prefiere quedarse durmiendo y viendo Fos Espor. Un día mi mamá se le paró en la raya, y le dijo que si no iba a buscar trabajo, le iba a dejar de dar plata cada semana, que ella ya estaba cansada de ser tan boba. Y como la madre estaba tan azarada, Milton se bañó y salió a buscar camello; y es tan demalas que donde primero preguntó, en una fábrica de bolsas plásticas ahí en el centro, le dijeron que sí, que necesitaban a un mancito para manejar una de las máquinas. Yo me lo gocé demasiado: qué man más ligado… y pasele dar rabia, le decía “Chico plástico”… y le cantaba el tema de Blades: “Él era un chico plástico, de esos que veo por ahí...” Qué caja. Pero la cucha lo quiere mucho, y yo también. Lo queremos tanto que por eso lo salvamos de la demanda. Y por eso yo estaba en el centro, por ahí por el Banco Caja Social, cuando me encontré con el Caliche.

“Ah qué más home, contame”. Era un lunes, y el parcero dijo que trabajaba allá en la Remington, en no sé qué cosas, y que tenía un grupo de cine. Entonces yo me arrecordé quel papá del mancito, cuando estábamos todos pequeñitos, de nueve, diez años, alquilaba películas en Beta-Chaplin, ahí en la cuatro-cinco por Comfama de Manrique, y nos parchábamos a ver que Termineitor, que Indianayons, que Chumorris… y todas ésas. Qué chimba que pasábamos. Entonces yo le pregunté que si con ese grupo veían las mismas películas, y el man dijo que no. Ah… qué falla; y yo que quería ir. Pero qué pereza, deben de ver de esas películas todas malucas que dan en Teleantioquia los domingos por la tarde, que son como cafeses. Mi mamá es feliz viendo eso. Pero a mí me da pereza.

Entonces el man dijo que tenía afán, entonces se abrió, quizque pal Colombo a ver nosequé allá. Yo le conté que trabajaba pues en un café interné por aquí en Villa Hermosa, que a la orden cuando necesitara algún cruce, algún once, que yo era todo bien. Que ya había dejao elJustificar a ambos lados parche de la banda del Cristo, ahí en la cuatro siete, y que estaba dedicado a camellar sanamente, sin visajes, ni azares, y que estoy de administrador de este chuzo, que es de mi suegro, y que mi mujer y yo ya encargamos la pintica, que nace en enero del otro año, y que como es hombrecito se va a llamar Andrei Estiven. Tones me felicitó y se fue, y yo le llevé la plata a la cucha, y le conté que me había encontrado con el man de Carlosarango, el hijo de la modista y del profesor, el que nos ponía películas los sábados por la tarde, y ella dijo que qué bueno, que si sí le traía la plata completa. Y yo me enojé: hey, ma, yo ya soy un man bien; nada de vueltas raras ni nada. (Bueno, un toque de Marihuana de cuando en vez, pa los momentos de inspiración). Entonces, ya hoy abrí temprano, a las once, que es cuando los pelaos del Liceo de allí empiezan a pasar y entran a hacer tareas y a pillar viejas en pelota. Yo los dejo porque de todas manera a mí lo que me interesa es que entre platica al negocio. Y como quedó un computador libre, aproveché y me metí a este bló. Está como bacano. Aguanta abrir uno. Ah, y pa felicitalos, está chimbita la página.


Dani Alexander Atehortúa Betancur

8.28.2007

Clanclinazo y Decepción

El martes 14 de agosto era un día que se veía prometedor. Primero, porque en el teatro del Porfirio a las 4:30 p.m. iba a estar el “gran” Canclini; y segundo, por el encuentro de la “cátedra Medellín” que trataría el tema: la ciudad a través del cine.
Verónica y yo asistimos al encuentro previo del seminario del profesor Néstor García Canclini –con entrada libre- que trató el tema de políticas culturales. Efectivamente fue un abrebocas para dejar antojados a todos los asistentes del teatro de inscribirse en el seminario. Canclini no habló más de 40 minutos, obviamente dijo cosas muy interesantes –igual cualquier cosa que dijera lo escucharíamos con gran atención-, pero cuando terminó la charla, quedé con una pequeña desazón, porque a varias preguntas que se le hicieron, el profesor respondió: “eso es de lo que hablaremos mañana con más profundidad”. No puedo olvidar esta pregunta: “qué recomienda hacer cuando ni el estado, ni las empresas privadas, ni nadie quiere apoyar el arte?” la respuesta fue la misma: “de eso hablaremos mañana con más detalle”. Tengo que confesar que fue un poco decepcionante, pero hay que entender que ese encuentro era apenas una introducción al seminario. Lo importante fue que escuchamos – en vivo- a Néstor García Canclini.

Del segundo encuentro nos enteramos al ver un afiche –casi que escondido- a la salida del teatro del Porfirio, Vero y yo nos alegramos de saber que teníamos el tiempo justo para llegar a la Alianza Francesa. El título de la charla causaba bastante expectativa: la ciudad a través del cine. Buscando un lugar donde sentarnos, nos encontramos con Jimmyfilms que leía muy concentrado un libro.
El encuentro comenzó a las 6:00 p.m., los ponentes eran tres: Lucas “el perro”, un antropólogo y realizador paisa, más conocido por un excelente documental llamado “Derecho por sanjuán”; un docente universitario de apellido parís; Germán, escritor en la revista Kinetoscopio; y el “moderador” que también escribe en Kinetoscopio y coordina Kinetoscopiocineclub en el Colombo. –Espero que Verónica y Jimmy me ayuden con los nombres y los apellidos de estos señores-.
La pregunta inicial fue interesante: cómo ven la representación de la ciudad de Medellín en el cine?, empezó Germán diciendo, algo así como, que en los trabajos de los nuevos realizadores paisas no se veía una búsqueda en el reconocimiento de la ciudad, pero consideraba que había buenas propuestas. Todo iba bien hasta que se le dio la palabra a París, el docente universitario. Con una visión más que pesimista, recomendó de una forma arrogante, películas del cine clásico, y quiso decir que, cuando viéramos ese tipo de cine, entenderíamos mucho de lo que él estaba diciendo. Ofreció un discurso bastante retórico y, además, nunca respondió ninguna de las preguntas, siempre se desvió del tema, parecía dando una clase.
El colega de Jimmy –Lucas “el perro”- respondió sin concesiones ni a los ponentes, ni al público y de una forma directa. Dijo cosas interesantes y además mostró un vídeoclip de hiphop llamado “Rutina” que él dirigió, habló de la no existencia de una realidad en el cine y en el video, y con su aspecto un tanto tímido, serio e introvertido, logró un cierto agrado en el público. Pero el “moderador” no ayudó. No supo hacer bien su trabajo: moderar y darle el enfoque adecuando a las intervenciones de los panelistas, porque este moderador parecía un panelista más, sus intervenciones eran extensas, y no dejó que los dos ponentes que intentaron responder las preguntas de una forma directa, clara e interesante, salvaran el encuentro. Me atrevo a decir que a nuestro querido “moderador” lo movió el afán de figurar.
Veo el encuentro –en cierta medida- como una decepción, porque el tema es interesante y se pudo haber aprovechado mejor; porque de todas las preguntas que hizo el público, solo a dos se les intentó dar respuesta; porque se intentaron abordar temas como la realidad en las producciones visuales, la representación en imagen de la violencia en la ciudad, se intentó hablar de los nuevos realizadores, pero el tratamiento de todos estos subtemas no satisfizo al público –lo digo porque escuché la desazón en los comentarios de personas que estaban a mi lado, y porque vi algunas caras también decepcionadas- .

Espero que en el próximo encuentro que tiene que ver con literatura y ciudad (martes 11 de septiembre a las 6:00 p.m.), tomen en cuenta los comentarios que hizo el público. Y como yo creo que de algunas cosas malas se puede sacar, al menos, algo bueno, ahí estaré.


ERIKA

8.25.2007

El baile, de Ettore Scola: película sin ton ni son

Por estos días tuve la agradable oportunidad de asistir a una de las sesiones de Cinembargo y la verdad me sentí muy bien, y a pesar de que la película proyectada no fuese de mi agrado siento que fue importante en el sentido de que independientemente del film que se vea lo que interesa justamente es acceder a otras realidades y discutir acerca de ellas.

Me llevé una gran sorpresa al enterarme en un sitio de Internet de que El baile había ganado el Oscar a mejor película extranjera (si alguien lo puede corroborar se lo agradecería), pero no porque sienta que no lo merezca, al contrario, sabemos ya que este premio, como todos los demás que otorga don Oscar, tiende a quedar en manos del facilismo y lo barato y por ende en sólo aquellas películas que gozan de gran aceptación del público pues le exigen poco a sus ocupadas mentes.

Imagino que para un melómano el film en cuestión resultará de su agrado al permitirle descifrar las piezas musicales y el periodo de la historia al que corresponde cada una, al igual que para un cinéfilo resulta excitante por ejemplo una película como Los soñadores, de Bertolucci, llena de referentes de directores y figuras importantes de la nueva ola francesa (con una interesante discusión acerca de quién es el mejor entre Chaplin y Keaton). A excepción de esto, El baile cae en lo fácil y burdo, en arquetipos y chistes flojos propios de otro tipo de cine que sólo tiene como propósito el divertimento. En ese caso entonces al film no se le podría reprochar nada pero el problema viene cuando se nota en él cierta pretensión artística y un aire de ambigüedad o complejidad que al final se convierte en fórmula y se vuelve predecible. Me pregunto entonces cuál es la intención del director al no exigir de su obra más originalidad y profundidad.

Jacques Tati, el gran comediante francés, demostró que podía hacer un humor inteligente y sutil prescindiendo casi por completo de los diálogos. Ese silencio permitió una mayor exploración a nivel narrativo para lograr que el espectador aceptara esos códigos y exigiéndole a la vez un compromiso y una disposición paciente para asimilar la película y entender su humor sin necesidad de recurrir a los gags comunes en el cine de humor mudo, pues sería absurdo en tiempos del sonoro recurrir al pasado sin proponer nada nuevo, al igual que para mi carece de sentido ver un filme “lleno” de música con una puesta en escena teatral que no es capaz de explorar y explotar las posibilidades que brinda la cámara como sí lo hace por ejemplo Lars Von Trier en la arriesgada Dogville

Para finalizar, pongo como último ejemplo la película Before Sunset, de Richard Linklater, en la que dos personajes caminan por las calles de Paris durante noventa minutos hablando sin parar acerca de la vida, un film “lleno” de diálogos sencillos pero que por su realismo y sinceridad adquieren una profundidad que nos llega al alma. Una película radical en su propuesta que no teme prescindir de arquetipos para llegar al público.

8.17.2007

SOBRE EL CINE SONORO

HISTORIA DEL CINE
EL CINE SONORO
En 1926 la productora Warner Brothers introdujo el primer sistema sonoro eficaz, conocido como Vitaphone, consistente en la grabación de las bandas sonoras musicales y los textos hablados en grandes discos que se sincronizaban con la acción de la pantalla. En 1927, la Warner lanzó El cantor de jazz, de Alan Crosland, la primera película sonora, protagonizada por el showman de origen ruso Al Jolson, que alcanzó un éxito inmediato e inesperado entre el público. Su eslogan, sacado del texto de la película "aún no has oído nada", señaló el final de la era muda. Hacia 1931 el sistema Vitaphone había sido superado por el Movietone, que grababa el sonido directamente en la película, en un banda lateral. Este proceso, inventado por Lee de Forest, se convirtió en el estándar. El cine sonoro pasó a ser un fenómeno internacional de la noche a la mañana.
Las primeras películas habladas
La transición del cine mudo al sonoro fue tan rápida que muchas películas distribuidas entre 1928 y 1929, que habían comenzado su proceso de producción como mudas, fueron sonorizadas después para adecuarse a una demanda apremiante. Los dueños de las salas se apresuraron también a convertirlas en salas aptas para el sonoro, mientras se rodaban películas en las que el sonoro se exhibía como novedad, adaptando obras literarias e introduciendo extraños efectos sonoros a la primera oportunidad. El público pronto se cansó de los diálogos monótonos y de las situaciones estáticas de estas películas, en las que un grupo de actores se situaba cerca de un micrófono fijo.
Tales problemas se solucionaron en los inicios de la década de 1930, cuando en varios países un grupo de directores de cine tuvieron la imaginación necesaria para usar el nuevo medio de forma más creativa, liberando el micrófono de su estatismo para restablecer un sentido fluido del cine y descubrir las ventajas de la postsincronización (el doblaje, los efectos sala y la sonorización en general que sigue al montaje), que permitía la manipulación del sonido y de la música una vez rodada y montada la película. En Hollywood, Lubitsch y King Vidor experimentaron con el rodaje de largas secuencias sin sonido, añadiéndolo posteriormente para resaltar la acción. Lubitsch lo hizo suavemente, con la música, en El desfile del amor (1929), y Vidor con el sonido ambiente para crear una atmósfera natural en Aleluya (1929), un musical realista interpretado íntegramente por actores afroamericanos cuya acción transcurre en el sur de Estados Unidos. Los directores comenzaban a aprender a crear efectos con el sonido que partía de objetos no visibles en la pantalla, dándose cuenta de que si el espectador oía un tictac era innecesario mostrar el reloj.
Los guionistas Ben Hecht, Dudley Nichols y Robert Riskin comenzaron a inventarse diálogos especialmente elaborados para la pantalla, a los que se despojaba de todo lo que no fuera esencial para que sirvieran a la acción en vez de estorbarla. El estilo periodístico rapidísimo que Hecht preparó para Un gran reportaje (1931), de Lewis Milestone, contrasta con las ingeniosas réplicas que escribiría para la obra de Lubitsch Una mujer para dos (1933). Nichols, por su parte, destacó por sus diálogos claros, sin ambigüedades, en películas como María Estuardo (1936), de John Ford. Riskin se hizo famoso por sus personajes familiares en las películas de Frank Capra, entre ellas Sucedió una noche (1934), protagonizada por Claudette Colbert y Clark Gable.
http://www.monografias.com/trabajos14/cinehistor/cinehistor.shtml#MUDAS

8.13.2007

CUANDO ROMPEN LAS OLAS, un sueño hecho película.

Como espectadora y estudiante, bueno, sobretodo como estudiante uno queda muy sorprendido cuando ve a Ricardo Gabrielli haciendo el papel de Tomas en la película, no porque él desarrolle un personaje difícil, pero definitivamente sí porque quien lo ve, ese pelado que aparenta unos dieciocho a veinte años es el director de la película.

Esta película a través de una abuela enferma y un nieto que se las ingenia para hacerle realidad un sueño que no pudo cumplir ésta en su juventud, nos habla de la importancia de luchar por todas aquellas cosas que anhelamos, nos da a conocer que el país del narcotráfico (sin que mostrar estas temáticas no sea una manera de reflejar nuestra realidad social, por su puesto) también se encuentran personas que están dispuestas a ayudar a que otras tengan un momento de felicidad.

Como bien se dice una película es la mirada que un director hace acerca del mundo y las experiencias que lo rodean, preocupan o afectan, esta película es otra mirada, es un repaso de momentos fraternales y amables de la vida, es la posibilidad de ampliar el espectro y descubrir en el prisma otros colores más cálidos.

Cuando rompen las olas es un viaje por la costa colombiana, el emprende este buen nieto ala lado de sus abuela, su hermano mayor y una joven enfermera, con el fin de llegar al baile, ese sueño que la anciana no pudo cumplir.

Visualmente esta película tiene un trabajo muy interesante, los planos (planos medio y de conjunto) antes de emprender el viaje nos ofrece, por un lado, la singularidad de una familia que no es muy unida pero que deben hacerlo a la hora de visitar en el hospital a esta mujer mayor (la abuela, madre y suegra) que necesita el calor y el amor de su familia, y de otro lado la confianza y camaradería que se alcanza entre estas dos generaciones, abuela y nieto (esto con primeros planos). Cuando se emprende el viaje la dinámica visual cambia, el travelling dibuja en la pantalla los hermosos paisajes que se van encontrando a través del recorrido. La iluminación que antes era un juego sobretodo de sombras y poca luz mezclada con los colores fríos de un hospital, en el viaje se convierte en todo lo contrario, destellos de luz conjugados con colores calidos, y ardientes incluso, de bellos y verdes paisajes, puestas de sol que contrastan con el azul del mar. Definitivamente este cambio marca un sentido dentro del relato, es como si las imágenes hablaran y dijeran: mira, mientras exista algo que te mueva, algo que desees apasionadamente, no estás muerto. Los sueños son el motor de la vida y si no haces nada por alcanzarlos, estas muerto de antemano.

La película, por lo menos a mí me atrapó, yo al igual que aquellos cuatro personajes que se embarcaron en ese viaje, sufrí al sentir que en algún momento el sueño quedaría truncado de nuevo. Una historia simple y agradable a la vista, bien elaborada visualmente, sin embargo hay cosas que todavía me quedan el aire, sobretodo en lo que respecta al trabajo del guión y algunas representaciones actorales que fueron muy pobres; por ejemplo: “si usted no actúa a tiempo no la hubiéramos podido salvar” (o algo así), cuando el médico le dice esto a la joven enfermera congratulándola porque le dio dulce a la anciana para poder mermar su ataque de hipoglucemia., en partes como esta y otras mas que aparecen a lo largo de la película los diálogos me parecieron reforzados. AH, y en realidad nose como después de que les robaron tenían plata para pagar un hotel con piscina y todo, y lo del regalo del mecánico, nada mas y nada menos que un carrito, cortesía de la casa. En fin, hubo cosas que se resolvieron de una manera inverosímil dentro de las mismas acciones, pero bueno, ya quisiera yo cumplir mi sueño que también fue el sueño del director en algún momento, realizar mi primera película.
Verónica González.

8.10.2007

Segundo fragmento encontrado

Es muy fácil saber cuándo es miércoles: la gente de Cinembargo empieza a aparecer o con llamadas, o con recordatorios y preguntas de todo tipo sobre la reunión. El pulso se acelera. Llegada la hora (4 pe eme) Jaime y yo bajamos al séptimo piso a por el “de uve dé”; luego llegó Juan David. Se comentaron varias de las películas vistas en el Festival, y se procedió a mirar-escuchar las imágenes de Psyco. Pimienta no llegó (ya lo había avisado en el blog pero nosotros no sabíamos), entonces fue Néstor quien amablemente nos “steem the movie”. Siquiera fue así.

Muchas ideas surgieron durante la visualización de el primer segmento de la historia, en el cual la protagonista pasa de ser una simple oficinista a una fugitiva de la justicia. Varias veces nos detuvimos a mirar el rostro del oficial en la ventana en el automóvil de la chica. Luego llegaron Verónica y Erika, con quienes analizamos la escena del asesinato del detective, y la del descubrimiento de la identidad del asesino.

Mis ideas sobre la musicalidad de estas imágenes ya empiezan a surgir. Pero las escribiré después.

Mientras tanto es importante decir que se acordó seguir reuniéndonos los lunes, a las cuatro pe eme, dada las posibilidades horarias de unos, y las imposibilidades cronológicas de otras. Por eso la próxima cita es este lunes 13 en el séptimo piso a las cuatro. Entiendo que veríamos Carmen; pero como no sé quién la tiene, y para no arriesgar, yo voy a llevar “Deseando Amar”, que también hace parte de las películas programadas. Estamos de acuerdo en que es decisivo mantener el ritmo de la sesión s
emanal.

8.09.2007

Una flor en el jardín de la intimidad

Fue un encuentro realmente impactante y positivo participar de la proyección del filme colombiano VIOLETA DE MIL COLORES de Harold Trompetero. Si pudiera describirla en pocas palabras diría que es desgarradoramente íntima.

Es la historia de una mujer joven y bella cuya vida transcurre en una inmensa ciudad poblada por millones de seres humanos que pasan, de autos que pasan , como los humanos, de edificios estáticos, de puentes transitados, si se quiere una ciudad sin alma, anónima, saturada. Esta ciudad es intensamente vivida por esta joven cuya alma, o espíritu se desgarra y casi se pierde en el marasmo universal en la que está inmersa, cuya búsqueda por sí misma se transita, sólo, en la posibilidad de la sordidez elegida.


Esta búsqueda, que da la impresión de ser un monólogo, es en realidad un diálogo fuerte con su propia condición humana. Es una ruptura constante con sus experiencias pasadas. Define la confrontación de un sí mismo con alter ego que la persigue y la señala. Parece no tener escape.

Este diálogo no es fluido. Está lleno de dolor y de un sufrimiento, pero también de confrontación y de decisión. Al menos parece que la mirada ante el espejo le impele a continuer con su lucha interna y a tomar una decisión, que no siempre la correcta, sí la suya.

Los caminos elegidos transcurren tanto por las calles como por su cama. Salta, textualmente, a las alturas de su mundo alucinado, pero luego cae, diría amargamente, contra el pavimento de la ciudad duro y contundente.

Cada grito y cada gesto, cada palabra cada repetición, remueve intensamente lo amargo de las experiencias y la insaciable necesidad de encontrar una salida. Sus recuerdos, los mejores, se remiten a una madre que siempre quiso hablar con su hija pero que nunca tuvo la oportunidad. Sus encuentros sexuales múltiples y diversos, parecen sólo encontrar sólo un alguien amado que parte y la abandona a su suerte de joven -no creo que sin experiencia, pero sí sin límite-, y es allí donde surge la pregunta por sí misma.

También es inquietante su relación con la muerte que deja en manos de un ladrón callejero que ante la disposición de esta adolecente a ser asesinada, no tiene más remedio que consolarla y ofrecerle eso que tanto buscó en otros y otras: un abrazo que le hiciera sentir quién era, una mujer que buscaba una posibilidad de vivir de otra manera.

Finalmente sólo podría decir que esta mujer bella y joven no quiso que alguien se le acercara realmente, que quien quiso estar a su lado para ofrecerle lo mejor que tenía se encontró -infortunadamente- con un muro que lo atajó de un golpe. Pero creo que al final pudieron encontrarse de nuevo.

Me temo que son demasiados los pasajes bellamente hechos por Trompetero, pero puedo también decir que reivindicó su nombre conmigo, porque encontré también en este director la posibilidad de adentrarme profundamente al jardín de la intimidad y mirar de cerca los múltiples colores de sus flores.

Mil gracias a Erika y a Verónica por haberme invitado -con colada en la fila incluida- a ver con ellas este hermoso filme, asunto que para mí fue absolutamente placentero.

PÍLDORA

Tomado de alguna parte en la red, así que quedo absuelto de cualquier damanda.

LA PELÍCULA MAS LARGA DE LA HISTORIA DURABA... 87 HORAS SOLO SE HA PROYECTADO UNA VEZ SIN CORTES Al pensar en películas largas todos nos acordamos de inmediato de "Lo que el viento se llevó", un clásico que parecía no tener fin. Sin embargo, queda muy lejos de la película de mayor duración de todos los tiempos. Y es que la película mas larga de la historia dura la friolera de 5.220 minutos. O lo que es lo mismo, 87 horas. Vamos, que si usted tiene 3 días y 15 horas libres... la puede ver sin problemas. Si la quisiéramos ver en DVD la cinta ocuparía entre 18 y 22 discos.. El título del film es "The cure for insomnia", que traducido quiere decir "El remedio contra el insomnio", lo que da una idea de para que podemos ver la película... Solo tenía un único actor en pantalla, Lee Groban (un poeta y artista visionario), y fue rodada en 1986, bajo la dirección de John Henry Timmis IV. Estoy dudando si adelantarles el argumento, no vaya a ser que les fastidie la trama... bueno, voy a contárselo... En realidad es bastante simple, la película nos muestra al actor principal y único, Lee Groba, leyendo un poema suyo de 4.800 paginas, interrumpido únicamente por fragmentos de películas X y heavy metal. Estos cortes serán para darle mas vida al film, supongo! Unicamente se ha proyectado una vez sin cortes, y fue el día de su estreno, el 31 de enero de 1987, en la escuela del Instituto de Arte de Chicago. El propósito original era el de "reprogramar" el cerebro de las personas que sufrían insomnio y visionasen la cinta... Yo al menos espero que no te hayas dormido leyendo la noticia, para eso esta la película! Un saludo

8.08.2007

Diario de un Pseudo Antropólogo

Fragmentos encontrados de un diario etnográfico de un N.N en la ciudad de Medellín

Género: farsa etnográfica. Estilo: indefinido. Duración: una página. Autor: N.N. Año: desconocido; posiblemente Siglo XX ó XXI de la era cristiana (por la tardecita).

El primero que me habló de la etnografía fue un profesor de Antropología Cultural; un tal Jaime, allá en la UdeM, en mi primer semestre de Comunicación Corporativa. La verdad, no fue mucha la atención que le presté; por esa época las preocupaciones son bastante confusas como para uno pensar si realiza la investigación de manera participante o no participante. Entre otras porque, en plena edad de las hormonas, uno siempre quisiera ser participante. Cinembargo, en estos apuntes pretendo realizar una etnografía participante-no participante de los últimos días del acontecer del grupo. Aclaro que los malos resultados no son ni culpa del método (seguramente mal aplicado aquí), ni del profesor de Antropología (aunque a veces pienso que le habría aprendido más su hubiera sido mi profesor de cine; lo digo entre paréntesis porque a esa edad, 17, el cine tampoco me interesaba).


Este grupo tiene un ritual principal: reunirse los miércoles a las cuatro de la tarde. Para ello emplean bien el piso 19, o bien el séptimo de la biblioteca. Aunque alguna vez de la semana pasada estuvieron en el piso ocho muy serios hablando de cosas sobre el futuro. Debo aclara que aún no logro acceder a esa noción –"futuro"-, pues parece que para algunos integrantes alude a la próxima sesión, mientras que otros hablan en términos de los proyectos. No sé. En todo caso (creo que en los diarios de campo se admite la primera persona) han logrado mantener ese ritual de cada semana. En aquella reunión de la semana pasada, acordaron trabajar la relación cine-música, y se realizó una lista extensa de filmes, en un ciclo que, según calculo, puede terminar en enero o febrero; fecha para la cual el grupo podrá usar las intalaciones del nuevo edificio de la Facultad de Derecho de la UdeA, tras el Paraninfo.


Luego, y como ocurre regularmente, el grupo se desplazó hacia las cercanías de la casa cural de la Iglesia de la Candelaria, lugar bastante profano para estar tan cerca de un templo. Allí, alrededor de unos vallenatos, muchas baladas setentudas, y una que otra carrilera (nota: averiguar la diferencia entre música guasca y carrilera) se habló "de la vida; y del amor también", al decir de Francis Cabrel (quien por cierto no estuvo en el recital sentimental, lastimosamente). Estuvo sí Les Luthiers, remembrados en la voz de un de los integrantes (Pimienta), quien demostró sus habilidades para recordar las más variadas escenas de este grupo. Entre risas y acotes trascendentales, se hizo una suerte de discusión del hallazgo verbo-gramatical del integrante "Nestor": el verbo "steem". Me asombra de estas personas (incluyo al mencionado "Néstor") la capacidad que tienen para reírse de sí mismos. Sobre todo del "sí mismo" de "Néstor".


Para el próximo miércoles, se dijo en aquella ocasión, el compromiso era ver Psyco (Juan Sin Tierra era el encargado de llevar la película). En el blog, una suerte de bitácora que lleva este grupo, ya habían aparecido algunas indicaciones y algún comentario talentoso de la película; pero el propósito era verla porque, según lo he anotado en otras páginas de este diario, ellos son felices viendo cine. Tal vez para mi tesis doctoral alcance a saber cuál es el encanto de ellos con la imagen; pero sirva adelantar que, frente a un plano (ellos repiten esta palabra cientos de veces por sesión) se pueden quedar hablando horas enteras. A veces parece que la noción de tiempo de este grupo no está marcada por los relojes sino por las secuencias (otra de esas palabras que no cesan de repetir).


Ya estoy cansado y es tarde. Mañana pretendo madrugar y seguir escribiendo mis impresiones juiciosas (y prejuiciosas) sobre esta tribu. A veces veo lejano el sueño de graduarme como Antropólogo. Ingenuo.

8.07.2007

Una película colombiana de cuyo nombre no me acuerdo

Ayer tuve la oportunidad de ver, no en las mejores condiciones, una película colombiana de cuyo nombre no me acuerdo, pero que me animó en esta irresponsabilidad de comentarla sin ese detalle.

No diré mucho. Simplemente quiero compartir con ustedes la sensación que queda al final de ver algo bueno. Lo que vi me dio la oportunidad de percibir que esta realización nuestra anima a pensar que contamos con una nueva camada de directores de los que se puede esperar mucho en el futuro pues precisamente, sus temas y la manera de construirlos permiten sospechar que el camino elegido es el correcto.

Algunos de los comentarios hechos al final de la presentación -dichos al director-, señalaron lo rosa como temática del filme. No estoy de acuerdo. Había algo más: la intención de contar una historia llena intimidad, de sueños, de ilusiones, pero sobre todo de interrelaciones.

Lo que se muestra, lo que se cuenta nos propone una nueva gama de temáticas que explorar y que surgen de la cotidianidad, del afecto y de la capacidad de los colombianos de preocuparnos por nuestros cercanos y no por otros asuntos que ya comienzan a saturar nuestras pantallas.

Hago votos por directores como Rodrigo Gabrielli y por su compromiso de realizar su propio cine, y que no le suceda en su proyecto con la FOX lo que a Altman en sus tiempos: que esa casa, como otras del mismo talante, intente terminar su próxima producción con las imposiciones de un productor ejecutivo y las manos calientes de un editor de Hollywood.

8.06.2007

Un violín muy afinado

El violín es una película que desde el comienzo nos mueve esa fibra que dice llamarse sensibilidad. Lo primero que vemos, es una escena de una tortura contada por medio de un plano aberrante y estático, que demuestra la lucidez del director para manejar escenas tan delicadas y emotivas como lo son las torturas y las violaciones. Aunque los elementos de composición, iluminación, el blanco y negro y los puntos de vista de la cámara no se consideren novedosos, la maestría con que Francisco Quevedo logra unirlos, hace que – por lo menos en mi caso- se despliegue una tensión dramática exquisita. Llamo a estas escenas delicadas y emotivas porque siempre he pensado que lograr un buen impacto en el espectador desde las torturas y las violaciones es una tarea difícil, porque se puede caer en lo que denomino “el riesgo de los extremos”; es decir, no alcanzar la tensión necesaria para hacer creíble la escena, y por ello, generar en vez de tensión, risas; el otro extremo consiste en dejarse contaminar por el amarillismo barato. Cuando pienso en violaciones no puedo excluir la escena de la película Irreversible del director Gaspar Noé, en la que por más de ocho minutos en un solo plano, un hombre viola a una mujer; muchas personas después de ver la película la tomaron como un irrespeto a la sensibilidad del espectador y la tildaron de amarillista, pero, en mi concepto, creo que esta película propone una forma muy interesante de contar; es una propuesta visual que me acompañará el resto de mis días – o al menos eso espero- .

Otra de las escenas que –creo- hacen de El violín una película con un alto sentido poético y artístico, es un –tan recomendado por Carlos Andrés- plano secuencia que se vuelve la cuota inicial de una atmósfera de tristeza que por momentos se siente el la película. Este plano comienza cuando el personaje principal, Don Plutarco, intenta explicarle a su pequeño nieto –que no es nada tonto- los motivos de la guerra que vive la guerrilla mexicana con el ejercito, y en medio de esas explicaciones la cámara se desliza por sus cuerpos, pasa por el suelo, y comienza a describirnos un árbol y sus ramas hasta llegar a un primer plano de una hermosa luna, a este travelling lo acompaña una conmovedora historia dicha por Don Plutarco que, al escucharla, quisiera que fuera verdad. Ahora entiendo la emoción con la que Carlos nombraba ese plano, porque cuando se terminó, sentí la necesidad de volver a parpadear.

Algunos elementos exquisitos de esta película son el manejo de la cámara con movimientos fluidos y firmes; las buenas actuaciones; la tensión que se logra en todo el argumento; la utilización del blanco y negro que genera una sobriedad y lucidez envidiables.

He visto muchas películas que muestran la guerra que se vive entre la guerrilla y el ejército, El violín es una de ellas, sólo que con dos diferencias: la primera, es que el país es México; y la segunda, es que ninguna de esas películas había logrado impactarme tanto sin la necesidad de mostrar escenas violentas ni sangrientas, tal vez sea por su inicio, o por el manejo magistral de su final, o porque presenciar la cotidianidad de la guerra es más impactante, o porque al vivir en Colombia, un país en guerra, siento más cercanas esas escenas de desplazamiento, muerte, desaparecidos. Pude sentirme tocada por esa tristeza, pude sentir impotencia, y si una película es capaz de producir estas sensaciones, es lo que llamo, una buena película.

ERIKA

7.29.2007

Primera Secuencia

Me encantó. Tanto, que no quiero ni hablar; fui capaz de grabar la primera secuencia, y aquí está.


7.27.2007

Ouch!


Sí; es cierto: no veo la hora (9:45 p.m.) de que empiece la película de Los Simpson. Compré la boleta hace casi un mes.

Pero, mientras llega el momento, me he entretenido bastante: una lectura rápida –de supermercado- a los primeros párrafos del texto de Juan Villorio sobre la (admirable) disfuncionalidad de Los Simpson, publicado en Gatopardo; con este blog donde hay un microanálisis de las intertextualidades de la serie con algunos clásicos del cine; y con lo que parece uno de los mejores “intro” jamás vistos en el programa.

7.23.2007

Ideas Eólicas. Acta Musical.

Buenas tardes oyentes. Para hoy en Melodías Selectas presentaremos como único número de esta audición de la tarde un particular pieza musical de autor cinematográfico desconocido. Se trata de la breve “Música Suspendida: Borradores para una Tocata”, Opus 6, que hoy escucharemos en la interpretación del Septeto de Cuerdas Cinembargo.

Como oda a Lo Simple, la partitura de esta tocata remite al sentimiento de admiración ante la poética de lo sencillo y lo breve, mediante las cuales los intérpretes parecen rendir homenaje a la apreciación de las luces y las sombras.

La obra inicia entonces con un bicompás, fruto de los diferentes niveles en que se encuentran los dos grupos principales de intrumentos. Un grupo se encuentra –alto- en el nivel 19, como esperando a que se decida la suerte de esa tarde; mientras, dos intrumentos hacen contantes solos (monólogos) entre los niveles 7, 8 y 13. Se trata de dos melodías desencadenadas entre el un Chelo y un Contrabajo, interpretados de manera única por los solistas Néstor Cortés y Carlos Arango. La síncopa producida en el inicio de la obra por estos dos instrumentos produce una suerte de sensación inconclusa, toda vez que, si bien no cuentan con el total acompañamiento armónico de los demás instrumetos (que no dudan en mostrar su incomprensión con gestos de extrañeza), chelo y contrabajo tampoco logran constituir con cuerpo rítmico único.

Este primer movimiento, un Adaggio, sincopado, arrítmico, disonante, da paso a la tranquilidad de un segundo -en Moderatto- donde todos los instrumentos siguen de cerca el mismo acto (la presentación de dos cortometrajes colombianos recientes). Salvo algunas intenciones melódicas-solistas, y la fuga de uno de los chelos, (con la excusa de tener un concierto en otro recital), la pieza cierra su desarrollo con una reflexión sobre cuál va a ser el horizonte de la obra Cinembargo. Luego de la fuga del chelo interpretado por Ángela, el chelo viudo, Néstor, pregunta si entonces se van a dedicar a un autor o a algún género. Inmediatamente, en una melodía de síntesis, el bajo produce un contrapunto que recuerda varias de las ideas importantes acordadas en otros momentos de la obra; a partir de esto, la respuesta de la viola es simple; parece decir algo como: “Es muy sencillo: estudiemos la música del suspenso”. El diálogo con que culmina esta parte es interesante, porque entonces el contrabajo advierte que en esa línea de búsqueda, la de “escuchar la musicalidad del cine”, hay una metodología estética en la que él ya ha incursionado. Este movimiento, que evoluciona en el nivel 7, y que imita la reverberación de una sala de proyección audiovisual, termina con un cressendo de todos los instrumentos.

Para finalizar, el último movimiento –Allegro- parece más un jam session, pues cada instrumento incursiona en su propia línea melódica (la procesión va por dentro, decían las abuelas); Érica y Verónica, desarrollan una misma melodía esdrújula, con la que pretenden matricularse en su universidad; mientras tanto, Jimy, Néstor y Carlos se debaten entre el cine (estreno de La vida de los otros, en el Colombo), y Festival de Poesía. No sin antes re-encontrar sus acordes alrededor de una Malta: un poco para no perder el ritual; otro poco para no perder la vida por culpa del hambre (es contradictorio, pero si bien muchos músicos y poetas han creado sus piezas en medio del hambre, de todos es conocido que disfrutar música y poesía en medio de ella es harto indebido).

En esta ocasión, el Septeto Cinembargo cuenta con Ángela Gil y Néstor Cortés en los violonchelos, Verónica González y Érika Montoya en los violines, Juan David Mejía y Carlos Arango en los contrabajos, y Jaime Hincapié en la viola.

Escuchemos pues esta tocatta, música para conjunto de cámara, de camino al suspenso, y los invitamos para la próxima audición el miércoles 25 de julio (piso 19 ó 7, según las apuestas), donde escucharemos del decurso musical de la pregunta: “¿Cómo escuchar la musica-lidad del cine (de suspenso)”, tema que inspirará la obra del siguiente recital del Septeto Cinembargo (para la que se espera recuperar el talento del intérprete Juan Sin Tierra).

7.19.2007

"¡QUE VIVA LA MÚSICA!", EN EL CINE, POR SU PUESTO.

Estudios:
LA COMPOSICION MUSICAL AL SERVICIO DE LA IMAGEN CINEMATOGRAFICA.
EL DISCURSO MUSICAL COMO SOPORTE DEL DISCURSO CINEMATOGRAFICO
Por Enrique Téllez
Compositor. Profesor de la Universidad de Alcalá

MUSICA SE INCORPORA AL CELULOIDE
La incorporación de la música a la pantalla se produce de forma gradual. En primer lugar, lo hace como testigo sonoro de un cine que no ha encontrado su propia voz, a través de la interpretación musical en directo durante la proyección de la película. No toda la música que acompaña al cine mudo se debe a la improvisación musical de un pianista o a la interpretación de diferentes obras por la orquesta local. Son muchos los directores que encargan partituras a compositores para que sean éstas las que acompañen su obra cinematográfica.
"En los años veinte todas las grandes producciones estaban acompañadas de una elaborada partitura interpretada en los cines de estreno por una orquesta sinfónica.Las películas menos importantes se acompañaban con una lista de piezas conocidas que debían ser interpretadas en cada escena.La música de acompañamiento tenía una gran importancia y podía determinar el éxito de un film (1)".
F.W. Murnau, autor de Fausto (1926), Sunrise (Amanecer, 1927)... fue uno de los grandes maestros del cine mudo. Concedió una enorme importancia a la función que la música debía desempeñar en su obra y encargó partituras a compositores destacados de música cinematográfica, como Hans Erdmann (Nosferatu, 1921), Werner Richard Heymann (Fausto, 1926), Hugo Riesenfield (Sunrise, 1927), etc.
"Murnau había recibido formación musical de su madre y quería aplicar al tiempo cinematográfico las estructuras temporales musicales. Un film debía ser algo parecido a una sinfonía. Los ritmos de cada secuencia variaban dramáticamente y la música de acompañamiento debía apoyar este efecto (2)".
Murnau filmó muchas de las escenas de sus películas mientras se ejecutaba música en directo, con el fin de crear, según las características del discurso narrativo, el clima psicológico adecuado a los actores (3). [En la fotografía: rodaje de Sunrise, de Murnau. El acordeón, fuera de campo, crea el clima psicológico a la actriz]. Esta práctica nunca ha llegado a desaparecer y directores como Federico Fellini y Stanley Kubrick la han utilizado frecuentemente.
En la década de los años 20 se producen en Alemania investigaciones de gran importancia para la aparición del cine hablado, investigaciones que inician la incorporación del sonido a la imagen en sus múltiples posibilidades (palabra hablada, recitada, leída, efectos de ambientación sonora, musical...).
"Vogt, filmó un antiguo proyecto de Ruhmer, sustituyó las células de selenio utilizadas por este último por células fotoeléctricas con revestimiento de potasio. En el nuevo cine hablado y cantado las vibraciones sonoras se transforman en vibraciones luminosas que quedan, gracias a la fotografía, impresas en la película y traducidas de nuevo a sonido (4)".
En EEUU, Edison y Pathé trabajan en el mismo objetivo. Será en el año 1926 cuando la Warner Bross lleve a la pantalla la película musical Don Juan, en la que empleará por primera vez el sistema Vitaphone el cual permitirá la incorporación definitiva del sonido a la imagen en el mismo soporte material: la película fotográfica. Un año más tarde se estrena El cantante de Jazz, interpretada por Al Jolson y dirigida por Alan Crossland. Da comienzo una nueva etapa en la historia del cine como resultado de la fructífera colaboración entre sonido e imagen, que enriquecerá notablemente la composición audiovisual.

CLASIFICACION Y CARACTERISTICAS DE LA MUSICA APLICADA A LA IMAGEN
La banda de sonido de una producción cinematográfica contempla tres apartados bien diferenciados5:
a) Los diálogos: se pueden grabar en estudio o mediante toma de sonido directo, posibilidad ésta que consiste en grabar simultáneamente sonido e imagen. Esta práctica tiene defensores y detractores: los primeros consideran que aporta a la producción autenticidad, realismo; por el contrario, sus detractores consideran que, por motivos técnicos o por ruido ambiental, la toma de sonido directo siempre presenta perturbaciones en la grabación, por lo que los diálogos en mal estado deberán ser doblados en estudio.
b) Los efectos sala: una vez realizadas las tomas de imagen se procede en estudio a la sonorización de todos aquellos ruidos que, por su propia naturaleza, deben quedar presentes durante el visionado de la película: una puerta que se cierra, los pasos al caminar...
c) La música de ambientación: es aquella cuyo objetivo fundamental es reforzar las características poéticas, expresivas o dramáticas de la imagen; es una música compuesta al servicio del discurso cinematográfico (6).
La realización de las mezclas en el estudio, fase final del proceso de sonorización, exige un cuidado especial en el tratamiento de las diferentes fuentes que configurarán la banda sonora con el fin de lograr un equilibrio entre ellas, destacando un plano sonoro u otro según las necesidades expresivas de la narración cinematográfica.
Trataremos seguidamente el apartado referido a la música de ambientación. Tanto la grabación de los diálogos (por uno u otro procedimiento) como los efectos sala se sitúan fuera del marco de nuestro estudio, pues su elaboración requiere el concurso de técnicos especializados en ambas funciones.
La música de ambientación, también denominada música aplicada, de acompañamiento o música incidental, puede ser clasificada en dos grandes apartados:
1) Música diegética: es aquella que ha sido compuesta para ilustrar una imagen cinematográfica en la que existe una fuente visible de emisión de sonidos (un tocadiscos, una orquesta de baile, un violinista...) La música compuesta para ilustrar una secuencia de estas características debe contener, necesariamente, el objeto emisor o los instrumentos que figuran en la imagen.
2) Música no diegética: su composición no está sujeta a la presencia en la pantalla de ninguna fuente sonora. Por consiguiente, el compositor goza de libertad en la elección de la plantilla instrumental. La música no diegética tiene como finalidad principal subrayar el carácter poético y/o expresivo de las imágenes proyectadas.
La relación existente entre estos dos apartados no es de antagonismo, sino de complementariedad. La música diegética se convierte en no diegética cuando su presencia continúa, habiendo desaparecido ya de la pantalla la imagen que la originó, adquiriendo en este momento un nuevo papel desde el punto de vista discursivo. Lo mismo ocurre en sentido contrario: una música no diegética se convierte en diegética cuando aparece en imagen el instrumento u objeto que generaba una música presente con anterioridad. Es frecuente encontrar música diegética y no diegética simultáneamente, logrando un resultado conceptual y sonoro de enorme belleza.


LA COMPOSICION MUSICAL AL SERVICIO DE LA IMAGEN CINEMATOGRAFICA:
PROCEDIMIENTOS
Existen tres procedimientos para la creación de una banda sonora: cuando la música es encargada en su totalidad a un compositor; cuando la banda sonora incluye única y exclusivamente música pregrabada; y, finalmente, cuando se emplean conjuntamente las dos opciones anteriores. La elección de uno u otro procedimiento dependerá del criterio del director, según las intenciones narrativas del argumento literario, las propuestas escénicas que tenga previsto llevar a cabo y la incidencia que la música deba representar en relación a ambos aspectos. En la actualidad existen prácticas más sujetas a criterios comerciales que a necesidades narrativas, como es la inclusión de una canción de moda en la banda sonora (en ocasiones acompañando la lista de créditos) para facilitar la venta de ésta como un nuevo producto, independientemente de la película.
De entre los tres procedimientos citados para la creación de una banda sonora es el primero el que más posibilidades de manipulación proporciona, de ahí que el grado de complementariedad entre música e imagen sea, en este procedimiento, superior a los otros dos. No obstante, la destreza del montador de la película puede lograr que músicas pregrabadas se adapten adecuadamente a una imagen, a partir de la articulación entre ambos discursos.
Existen en la historia del cine magníficos ejemplos de creación en los que la composición audiovisual (narración cinematográfica y musical) se han desarrollado simultáneamente, intercambiando sus roles protagonistas y secundarios, en suma, su función discursiva. Pondremos tan sólo un ejemplo: Alexander Nevsky, dirigida por Sergei M. Eisenstein y estrenada en el año 1938, cuenta con la colaboración del compositor Sergei Prokofiev quien emplea textos de Vladimir Lugovski para las partes vocales. Esta composición audiovisual surge del minucioso trabajo en equipo entre Eisenstein y Prokofiev, siendo una obra de referencia para el estudio de las múltiples relaciones existentes entre discurso musical y discurso cinematográfico:
Diagramas empleados por Eisenstein y Prokofiev para lograr distintos niveles de "correspondencia" entre imagen y sonido
"Deseo destacar que en Alexander Nevsky se emplearon literalmente todos los métodos posibles. Hay secuencias en que las tomas se recortaron para ajustarlas a un curso musical previamente grabado. En otras la música entera fue escrita para el encuadre definitivo de la película. Algunas contienen ambos métodos".
"De la misma manera, pero a la inversa, algunos pasajes de la partitura sugirieron soluciones visuales plásticas que ni Prokofiev ni yo habíamos previsto. A menudo se adaptaban tan perfectamente al "sonido interior" unificado de la secuencia, que ahora parecen "concebidos así de antemano (7)".
A pesar de ser una producción del año 1938 y poder inscribirla en el contexto del cine como elemento de la propaganda de Estado (8), Alexander Nevsky es una de las obras maestras de la historia del cine, obra en la que sus dos creadores formularon todo un tratado de intenciones narrativas para el formato audiovisual: el concepto estructural de la forma, la organización mixta (imagen y sonido) del tempo narrativo, la utilización geométrica del espacio visual... Otro elemento que contribuyó notablemente al enriquecimiento de este acto creativo fue el de contar con un amplio equipo técnico que, referido a la música, dotó a esta producción de coro de voces mixtas, orquesta sinfónica, días de ensayo y grabación sin limitaciones presupuestarias.
No es fácil que en la actualidad, dadas las características comerciales que rigen el universo cinematográfico, se produzcan encuentros artísticos como el descrito anteriormente.
De forma esquemática, trazaremos a continuación el recorrido de una producción audiovisual desde el momento en que surge la idea que la origina hasta la finalización del proceso. El director de cine, al leer un guión cinematográfico, pretende la representación visual de su contenido literario (características físicas del período histórico narrado, su ambientación estética, el simbolismo del paisaje, su color...) Concibe su obra como un todo en el que distintas partes van a ir ensamblándose hasta lograr una identidad propia que la diferenciará de otras producciones y la definirá como obra creativa. El compositor debe partir del mismo presupuesto: la música de una producción audiovisual debe constituir un discurso paralelo al discurso cinematográfico en el que los diferentes bloques musicales sean piezas estructurales de una organización global superior, fenómeno que Igor Strawinsky define como "la búsqueda de la unidad a través de la multiplicidad". (9)
Generalmente, la aportación del compositor es requerida cuando la película está prácticamente finalizada, el montaje definitivo realizado e, incluso, la fecha del estreno público fijada. Comienza para el compositor un período de gran agitación que podemos describir de la siguiente manera:
-Estudio en colaboración con el director de los elementos característicos de la película: contenido argumental, gestos del discurso cinematográfico que requieren el concurso de la música, elementos no presentes en imagen que deben encontrar a través del sonido su representación...
-Elaboración de un guión para situar temporalmente las intervenciones musicales como soporte de las secuencias cinematográficas seleccionadas con el director (10). Se realiza proyectando la imagen y anotando la lectura del código de tiempos para conocer el número de bloques musicales que va a intervenir, su duración y el momento exacto en el que debe producirse su incorporación y finalización. La búsqueda parcial, no absoluta, de la sincronización entre imagen y sonido, entendida ésta como los apoyos fundamentales que debe aportar la música al discurso fílmico, dará lugar a lo que Michel Chion denomina el "fraseo audiovisual" (11).
-Composición de una obra musical, fragmentada en bloques, que posea elementos de identificación o de contraste con la imagen, atendiendo a los deseos expresados por el director. Este discurso musical debe contener en su configuración armónica, melódica, tímbrica, agógica, dinámica... características que destaquen aspectos significativos del discurso cinematográfico.
-Grabación en el estudio de los bloques musicales compuestos. Se graba sobre una claqueta a modo de metrónomo que facilita la ubicación exacta, en relación a la imagen, de la música que se graba.
-Realización de las mezclas definitivas de sonido en el estudio cinematográfico e incorporación de éste a la imagen.

EL DISCURSO MUSICAL COMO SOPORTE DEL DISCURSO CINEMATOGRAFICO: SISTEMAS DE INTERRELACION DE LOS CODIGOS VISUALES Y SONOROS
Existen diversos planos o modelos de acercamiento al tratamiento de la relación entre el discurso musical y el discurso cinematográfico, a través de los que establecer el grado de complementariedad existente entre estas dos diferentes expresiones artísticas. Iniciaremos este estudio formulando una pregunta que está presente siempre que tratamos la relación entre imagen y sonido: ¿Cúales son los elementos que determinan la articulación del fraseo audiovisual?
Recuperemos brevemente las referencias al proceso creativo que dio lugar a Alexander Nevsky, por si de él pudiéramos extraer alguna conclusión.
Eisenstein realizó un profundo estudio de los recursos técnicos y narrativos del lenguaje a partir de la obra literaria de Tolstoi, Pushkin, Góngora, Antonio Machado... De este estudio extrajo diversas consecuencias entre las relaciones internas del lenguaje literario, que más tarde encontrarían su aplicación en la composición audiovisual: el valor de las relaciones coincidentes y no coincidentes entre los versos de un poema y las figuras plásticas que éste genera (discurso contrapuntístico); encabalgamiento de los versos como consecuencia de la no coincidencia entre sintaxis y métrica (la imagen como función sintáctica y la música como articulación rítmica)...
"Cualquier no coincidencia de la articulación sintáctica con la métrica es una disonancia artística deliberada, que alcanza su resolución cuando después de una serie de no coincidencias, la pausa sintáctica coincide por último con los límites de la serie rítmica (12)".
Sin duda, estamos tratando el concepto de métrica poética como sistema de organización temporal de un discurso monoexpresivo (el cine) con posibilidad de desarrollar idéntica función en un discurso poliexpresivo (el cine y la música).
Como todo sistema, la métrica (el tempo para la música) está articulada en torno a unidades de medida de diferente valor que agrupamos en el concepto de ritmo. El ritmo en el discurso cinematográfico está presente a través de la duración de los diferentes planos que lo conforman. En secuencias breves dependerá del movimiento de la cámara, de los diálogos, de las características de la imagen...
No será el ritmo el único elemento que posibilitará el diálogo entre imagen y sonido. En un segundo plano, encontraremos otros vínculos de identidad entre ambos discursos expresivos, basados, fundamentalmente, en el carácter asociativo de elementos sonoros y visuales, regidos por hábitos culturales propios de cada sociedad:
-El valor representativo del sonido: la música puede crear una imagen que no está presente en la pantalla, por lo que su representación se incorporará a la acción que sí estamos contemplando. Este fenómeno se conoce como imagen fuera de campo (13).
-La suspensión: es el fenómeno contrario al anterior y consiste en la no existencia o en la desaparición de un sonido producido por un objeto o medio sonoro que sí está presente en la imagen. Es un procedimiento que genera tensión.
-Negación de la imagen: ante lo evidente, la música permanece inalterable en un discurso que no acompaña las características de la imagen. La ignora con una intención de simultanear discursos diferentes.
-Fuentes musicales históricas: cada período histórico posee una música determinada cuya utilización para ilustrar imágenes del mismo período es aconsejable aunque no siempre imprescindible pues, en ocasiones, debido al contenido expresivo de la imagen se adaptan con mejores resultados otras músicas de diferentes períodos artísticos o adaptaciones de las anteriores.
-El leit motiv: es una técnica compositiva que consiste en la asignación a un personaje, a un sentimiento o a una situación de un motivo melódico, tímbrico, etc, que lo identifica, y que será presentado a lo largo de la obra sometido a diferentes transformaciones.
-Configuración sonora de un personaje: atendiendo a las características físicas y humanas de un personaje, se lo dota de una configuración sociológica y psicológica (voz, sonrisa, llanto... con un timbre específicos) (14).
-Configuración sonora de un paisaje rural o urbano: según las intenciones dramáticas, un paisaje presentará diferentes estructuras sonoras con un elevado valor simbólico.
Estos y otros recursos deberán ser usados en una producción audiovisual con precaución, de manera que su presencia cohesione imagen y sonido en un solo discurso, evitando su reiteración excesiva así como su reconocimiento inmediato, lo que conduciría el discurso audiovisual, inexorablemente, a lo grotesco, salvo que sea esta la intención del autor (lo que ocurre con frecuencia en la obra cinematográfica de Fellini) (15).


Notas:
1. BERRIATUA, L. (1990): Los proverbios chinos de F.W. Murnau. Filmoteca Española (2 vol). Madrid. p. 385.
Op. cit. p. 387.
2. En Amanecer, Murnau emplea este procedimiento. En él intervinieron instrumentos como el acordeón, el saxofón y el violín, tal y como reflejan numerosas fotografías realizadas durante el rodaje. Op. cit. p. 394.
Esta cita pertenece a un texto publicado en 1923 por Raoul Hausmann, titulado Del cine hablado a la optofonética, incluido en el catálogo de la exposición (p. 253) que el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) dedicó, de febrero a abril de 1994, a la figura de este polifacético creador y miembro activo de la vanguardia dadaísta del Berlín de comienzos de siglo.
GRYZIK, A. (1984): Le rôle du son dans le récit cinématographique. Minard. París. De entre la abundante bibliografía que trata la relación de sonido e imagen destaca, por sus aportaciones, este breve texto.
Por razones de espacio, reduciremos al máximo el número de ejemplos analizados, con la intención de que las descripciones o definiciones que empleemos sean lo suficiente explicitas para reconocer su presencia en el discurso audiovisual.
4. EISENSTEIN, S.M. (1974): El sentido del cine. Siglo XXI. Madrid. 1994. p. 115-116.
La difícil situación política por la que atraviesa Europa en las primeras décadas de este siglo hace que los gobiernos intenten reforzar su posición política a través del formato audiovisual. El gobierno británico emplea con éxito este procedimiento para desprestigiar a Alemania durante la primera guerra mundial. Con la llegada al poder de Hitler en 1933, se pondrá en marcha una potente maquinaria al servicio de la propaganda nacionalsocialista del Tercer Reich (uno de los títulos de esta campaña será En lucha contra los enemigos del mundo, rodada por Karl Ritter en 1939, durante la guerra civil española). En este contexto, Stalin auspicia en la URRS la producción de Alexander Nevsky, que refleja la gesta épica del héroe que llevó al pueblo ruso a la victoria sobre el ejército invasor alemán en el siglo XIII. Por consiguiente, se trata de una metáfora visual, en clara alusión a la Alemania Nazi ante el temor que provoca su política expansionista.
5. STRACHION, M. (1990): La audiovisión. Paidos. Barcelona. 1993. p. 177.
Esta cita está incluída en el libro de V.M. Zhirmunski titulado Vvdenie u Metrik, Teoria Stija, y aparece recogida en el texto de EISENSTEIN, S.M: op. cit. p.43.
6. CHION, M. op. cit. p. 75.
7. RIAMBAU, E. (1990): Stanley Kubrick. Cátedra. Madrid. El autor nos narra a través de una anécdota acontecida entre Kubrick y Fellini, con motivo del doblaje al inglés de una película de Fellini, la importancia que para Kubrick tiene el concepto de identidad o configuración sonora de los personajes.
8. COLON, C. (1981): Rota-Fellini. Universidad de Sevilla. Sevilla. En este texto encontraremos una descripción detallada acerca de los métodos de trabajo entre estos dos autores y sobre el papel que la música desempeña en la obra de Fellini.
Carlo Delfrati es autor de un libro de educación musical en el que se dan algunas orientaciones para la realización de trabajos audiovisuales: DELFRATI, C: Progetti Sonori 3. Morano Editore. Napoli. 1990.
9. WINSKI, I. (1977): Poética musical. Taurus. Madrid. 1981. p. 136.