Propósito

cinembargo es un blog para los que queremos aprender del cine desde el ver, el hablar, el escribir y el compartir ideas.

8.31.2007

Crónicas de Ñarria/Ejercicio de identidades posibles

(me pregunté qué pasaría si no hubiéramos creado a Cinembargo; MasCinembargo terminé pensando qué hubiera pasado si yo no fuera yo. Entonces me inventé a otro yo; un yo posible, caleidoscópico; fractal)

Hey, toes qué. Bienonó. Es que pille: ¿sabe qué?, yo vine a saludalos porque un mancito ahí, un tal Carlosarango, me pidió que pasara por esta página a ver qué tal me parecía. Porque él me conoce de hace tiempo; ¡sisas!, él vivía por allá por la casa, por Campo, Campo Valdés, y el mancito siempre había sido muy serio y tales, y por eso nunca se parchaba con nosotros. Pero como estudiamos juntos en la Repúblicadelsalvador, en la escuela de por la casa, el man me distingue, y nos saludamos, “Ah, que qué más home; ah que todo bien; ah sisas, saludes a la cucha; ah, suerte pues; ah, suerte”. Y así.

Entonces yo iba por el Parque de Berrío a hacele una vuelta a mi mamá, pa sacale una plata y me encontré con el hombre. Pues, cómo le digo; yo iba a sacale una plata que necesitaba la cucha pa pagale una cuenta a Milton, el hermano mío, que está más enculebrao quiun verraco, y lo llamó la mamá de una de las pinticas del adecile que si no le pasaba billete lo iba ademandar que quizque por alimentos. Y como el man está sin camello, porque a él no le gusta camellar, le figuró a la cucha buscar el dinero, el vil metal que llaman, pa desembalar al parcero. Es que a él no le sonó camellar; pero tampoco fue maloso nunca. Nada: Milton nunca hizo cruces; pero tampoco estudiaba ni trabajaba. Eso sí, no le hable de fútbol que ahí sí está el hombre armando picaítos, quel desafío con los de la otra cuadra, que caigamos a la cancha de La Esmeralda, o a la del Calvario, que no se qué, que esuche al casposo de Wbeimar todos los días a la hora del almuerzo. Y la cucha, que ve home que trabajés, que serví pa algo. Y el man nada, jugando futbol, metiendo bareta, perdiendo años, y pichando con las grillas. Porque eso sí, el man era puros ojitos y piernas, y las niñas eran detrás del a toda hora. Hasta que, zas, va una, van dos, van tres viejas diferentes en embarazo. Pero la más picaíta de todas sí fue la Glendy Danubi; esa niña era muy brava, y ésa fue la que casi lo avienta a la Fiscalía.

Y por eso mi mamá tuvo que sacar unos ahorritos del arrendamiento de la casa de Castilla, pa pagar pa que no metieran al Milton a la cárcel. La cucha dijo que si lo encanaban, se lo dañaban. Yo tiré mucha caja con eso… un man que no camella, que no estudia, que no hace nada, porque ya ni fútbol juega, qué lo van a dañar. Si hasta le da pereza tener plata al güevón ése. Qué vueltas torcidas va a hacer si prefiere quedarse durmiendo y viendo Fos Espor. Un día mi mamá se le paró en la raya, y le dijo que si no iba a buscar trabajo, le iba a dejar de dar plata cada semana, que ella ya estaba cansada de ser tan boba. Y como la madre estaba tan azarada, Milton se bañó y salió a buscar camello; y es tan demalas que donde primero preguntó, en una fábrica de bolsas plásticas ahí en el centro, le dijeron que sí, que necesitaban a un mancito para manejar una de las máquinas. Yo me lo gocé demasiado: qué man más ligado… y pasele dar rabia, le decía “Chico plástico”… y le cantaba el tema de Blades: “Él era un chico plástico, de esos que veo por ahí...” Qué caja. Pero la cucha lo quiere mucho, y yo también. Lo queremos tanto que por eso lo salvamos de la demanda. Y por eso yo estaba en el centro, por ahí por el Banco Caja Social, cuando me encontré con el Caliche.

“Ah qué más home, contame”. Era un lunes, y el parcero dijo que trabajaba allá en la Remington, en no sé qué cosas, y que tenía un grupo de cine. Entonces yo me arrecordé quel papá del mancito, cuando estábamos todos pequeñitos, de nueve, diez años, alquilaba películas en Beta-Chaplin, ahí en la cuatro-cinco por Comfama de Manrique, y nos parchábamos a ver que Termineitor, que Indianayons, que Chumorris… y todas ésas. Qué chimba que pasábamos. Entonces yo le pregunté que si con ese grupo veían las mismas películas, y el man dijo que no. Ah… qué falla; y yo que quería ir. Pero qué pereza, deben de ver de esas películas todas malucas que dan en Teleantioquia los domingos por la tarde, que son como cafeses. Mi mamá es feliz viendo eso. Pero a mí me da pereza.

Entonces el man dijo que tenía afán, entonces se abrió, quizque pal Colombo a ver nosequé allá. Yo le conté que trabajaba pues en un café interné por aquí en Villa Hermosa, que a la orden cuando necesitara algún cruce, algún once, que yo era todo bien. Que ya había dejao elJustificar a ambos lados parche de la banda del Cristo, ahí en la cuatro siete, y que estaba dedicado a camellar sanamente, sin visajes, ni azares, y que estoy de administrador de este chuzo, que es de mi suegro, y que mi mujer y yo ya encargamos la pintica, que nace en enero del otro año, y que como es hombrecito se va a llamar Andrei Estiven. Tones me felicitó y se fue, y yo le llevé la plata a la cucha, y le conté que me había encontrado con el man de Carlosarango, el hijo de la modista y del profesor, el que nos ponía películas los sábados por la tarde, y ella dijo que qué bueno, que si sí le traía la plata completa. Y yo me enojé: hey, ma, yo ya soy un man bien; nada de vueltas raras ni nada. (Bueno, un toque de Marihuana de cuando en vez, pa los momentos de inspiración). Entonces, ya hoy abrí temprano, a las once, que es cuando los pelaos del Liceo de allí empiezan a pasar y entran a hacer tareas y a pillar viejas en pelota. Yo los dejo porque de todas manera a mí lo que me interesa es que entre platica al negocio. Y como quedó un computador libre, aproveché y me metí a este bló. Está como bacano. Aguanta abrir uno. Ah, y pa felicitalos, está chimbita la página.


Dani Alexander Atehortúa Betancur

1 comentario:

Erika Montoya dijo...

Que vacano. Me reí mucho. Pudé imaginarte hablandome así en algún lugar del poli. Me gustan tus "experimentos"... no dejes de compartirlos