Ayer tuve la oportunidad de ver, no en las mejores condiciones, una película colombiana de cuyo nombre no me acuerdo, pero que me animó en esta irresponsabilidad de comentarla sin ese detalle.
No diré mucho. Simplemente quiero compartir con ustedes la sensación que queda al final de ver algo bueno. Lo que vi me dio la oportunidad de percibir que esta realización nuestra anima a pensar que contamos con una nueva camada de directores de los que se puede esperar mucho en el futuro pues precisamente, sus temas y la manera de construirlos permiten sospechar que el camino elegido es el correcto.
Algunos de los comentarios hechos al final de la presentación -dichos al director-, señalaron lo rosa como temática del filme. No estoy de acuerdo. Había algo más: la intención de contar una historia llena intimidad, de sueños, de ilusiones, pero sobre todo de interrelaciones.
Lo que se muestra, lo que se cuenta nos propone una nueva gama de temáticas que explorar y que surgen de la cotidianidad, del afecto y de la capacidad de los colombianos de preocuparnos por nuestros cercanos y no por otros asuntos que ya comienzan a saturar nuestras pantallas.
Hago votos por directores como Rodrigo Gabrielli y por su compromiso de realizar su propio cine, y que no le suceda en su proyecto con la FOX lo que a Altman en sus tiempos: que esa casa, como otras del mismo talante, intente terminar su próxima producción con las imposiciones de un productor ejecutivo y las manos calientes de un editor de Hollywood.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Jimmy: la película se llama "cuando rompen las olas". Yo no puedo dejar de pensar -cuando pienso en la película- en esa maravillosa busqueda que hace el director para darnos una excelente fotografía. Que bonitas imagenes se vieron allí.
ERIKA
Jimmy: la película se llama "cuando rompen las olas". Yo no puedo dejar de pensar -cuando pienso en la película- en esa maravillosa busqueda que hace el director para darnos una excelente fotografía. Que bonitas imagenes se vieron allí.
ERIKA
Como bien lo dijo el mismo Gabrielli en el conversatorio de horas de la tarde, la película presenta una visión personal y un acontecimiento vivenciado por él mismo con el tema de los sueños y las ilusiones (recordemos que el mismo Gabrielli actúa en la película). Es un cine, en cierta medida, de autor y con una posición muy íntima.
Compañero Jimmy, comparto tu posición de preocuparnos de contar nuestras historias. Es lo que se viene percibiendo hasta ahora, con el resurgir de un nuevo cine (“que cada diez años se da”, le escuche decir a alguien) más diverso: historias adaptadas, acontecimientos reales, vivencias propias, comedia, suspenso-terror, (que Mayolo intentó hace como diez años) y la misma violencia.
Somos un país lleno de historias, por lo tanto deberíamos ser un país lleno de cine. Es cierto que el problema de contar historias cinematográficamente radica en el tema del dinero, pero con esta película de Gabrielli tenemos un buen ejemplo de una historia realizada con un bajo presupuesto, y sin el hecho de hipotecar la casa, empeñar el carro y vender hasta el “perro”, para poder rodarla.
Ojalá estemos en un devenir de buenos directores, productores y guionistas que cada vez más se aventuren por el uso del lenguaje cinematográfico. Y sí no estoy mal, la película se llama, “cuando rompen las olas” y tiene un buen elenco actoral.
Eso fue antes o despues de los tequilas del sabado?
Publicar un comentario